Una vida dedicada a los intereses de su país

Una vida dedicada a los intereses de su país

Alfredo Pérez Rubalcaba nació en Solares (Cantabria) en 1951, hijo de Alfredo Pérez y María Dolores Rubalcaba. Madrileño de adopción, estudió en el Colegio del Pilar y en la Facultad de Químicas de la Universidad Complutense, donde se doctoró en 1978 con premio extraordinario, con una tesis sobre sobre estereoselectividad en reacciones orgánicas. Se casó en 1979 con Pilar Goya, a quien conoció en la Universidad.

Universidad, atletismo y primeros pasos políticos

Muy pronto, compagina tres actividades que serán sus grandes pasiones: la docencia de la Química, la política y la práctica del atletismo. En 1974 inicia su carrera docente como profesor de Química orgánica, y actividad investigadora que completa en las universidades de Constanza (Alemania) y Montpellier (Francia). Con la misma dedicación meticulosa con que desarrolla su labor en la universidad, practica el atletismo en la modalidad de velocidad. Aunque una temprana lesión le impidiera seguir adelante, en 1971 consigue correr los 100 metros en 10,9 segundos, y un año después los 200 metros en 22,4 segundos, marca más que notable para un deportista universitario, y de la que siempre se declaró muy orgulloso. Durante toda su vida mantendría su afición por el deporte, en especial por el atletismo y por el fútbol; su espíritu analítico y racional convivía con una pasión nunca oculta por el Real Madrid.

Consigue correr los 100 metros en 10,9 segundos, una marca más que notable para un deportista universitario

También en 1974 inicia su actividad política, dentro y fuera de la Universidad. En el ámbito académico se convierte muy pronto en un referente del movimiento de los Profesores No Numerarios (PNN), que luchaba por los derechos laborales de este colectivo, abogaba por la autonomía universitaria, y participaba en las demandas de democracia y libertad de toda la sociedad. Ese mismo año se afilia al PSOE, donde participa en las comisiones sectoriales de Enseñanza e Investigación.

Una figura decisiva para la educación

La Transición es un periodo de intensa actividad para Alfredo Pérez Rubalcaba, que le otorga una gran relevancia en los sectores más movilizados de la universidad. Como consecuencia de ello, tras las elecciones de octubre de 1982, su vida da un giro decisivo al aceptar la invitación del ministro de Educación y Ciencia del nuevo Gobierno socialista, José María Maravall, para dejar la docencia e integrarse en la Administración. Así comienza una trayectoria ininterrumpida de más de diez años en este Departamento, que le proporcionó un profundo conocimiento del mundo educativo.

Su primer destino en el Ministerio de Educación y Ciencia es el de director de gabinete de la Secretaria de Estado de Universidades e Investigación, Carmina Virgili. En este puesto permanece desde 1982 hasta 1985, año en que es nombrado director general de Enseñanza Universitaria. Al año siguiente, pasa a ser secretario general de Educación, cargo que en 1988 es elevado a la categoría de Secretaría de Estado. En él se mantiene los siguientes cuatro años, ya con Javier Solana como ministro, hasta que en 1992 lo sustituye cuando éste pasa a dirigir la cartera de Exteriores.

Los intensos años en el Ministerio de Educación, fueron esenciales en la trayectoria política de Alfredo Pérez Rubalcaba. Por una parte, desempeñó un papel muy importante en desarrollo de las reformas educativas emprendidas por el Gobierno socialista, y en la gestación de normas de gran trascendencia, como la Ley de Reforma Universitaria (LRU) en 1983, la Ley de Fomento y Coordinación General de la Investigación Científica y Técnica (Ley de la Ciencia) en 1986, y, especialmente, la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) en 1990). Por otro, la necesidad de gestionar numerosos conflictos en el sector, le llevaron a desarrollar unas habilidades para la negociación y el diálogo que serían claves en momentos posteriores.

Desempeñó un papel muy importante en el desarrollo de la Ley de Reforma Universitaria, la Ley de la Ciencia y la LOGSE

La LOGSE fue la primera y más importante ley educativa de la historia de la democracia española. Adaptó el modelo de enseñanza a los principios de la Constitución, asumiendo la realidad del Estado autonómico. Asimismo, creó una nueva etapa de Educación Secundaria Obligatoria de los 12 a los 16 años. La LOGSE introdujo el concepto de atención a la diversidad y reguló la educación especial para el alumnado con necesidades especiales y, abrió los centros educativos a la participación de madres y padres.

La principal parte de las negociaciones con la comunidad educativa, primero, y luego en el Parlamento, corrió a cargo de Rubalcaba, que ya había tenido ocasión de desarrollar sus capacidades negociadoras a raíz de la huelga de profesores de la enseñanza pública de 1988, cuando ocupaba el cargo de secretario general de Educación.

Portavoz de Gobierno en tiempos complejos

Su trayectoria en el Ministerio de Educación y Ciencia culminó en junio de 1992 cuando es nombrado ministro por Felipe González. En ese puesto permanece doce meses, pues en julio del año siguiente, con la remodelación de Gobierno que se produjo tras las elecciones generales, pasa a la cartera de Presidencia y de Relaciones con las Cortes. El encargo también incluía la portavocía del Gobierno en una época extraordinariamente compleja. Como responsable de la comunicación del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba debió afrontar ante la opinión pública el malestar social causado por casos de corrupción que afectaron al PSOE, como el de Filesa, escándalos como el de Luis Roldán, o la actuación de los GAL.

El 6 de junio de 1993 fue elegido diputado por Toledo, iniciando un periodo de dos décadas y seis legislaturas de permanencia ininterrumpida en el Congreso de los Diputados

En las elecciones legislativas del 6 de junio de 1993, fue elegido diputado por Toledo, iniciando un periodo de dos décadas y seis legislaturas de permanencia ininterrumpida en el Congreso de los Diputados. En las elecciones de 1996, que se saldaron con la victoria del Partido Popular, es elegido diputado por Madrid. En el 2000 reedita su puesto de diputado por Madrid, que renueva por Cantabria en 2004, por Cádiz en 2008, y en 2011, como cabeza de lista por Madrid y candidato a la Presidencia del Gobierno.

Responsabilidad contra el terrorismo

A raíz de la dimisión de Felipe González como secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba asume por primera vez responsabilidades en el partido, en concreto, se hace cargo de la Secretaría de Relaciones con los Medios de Comunicación, en la nueva Comisión Ejecutiva que lidera Joaquín Almunia tras el XXXIV Congreso Federal de junio de 1997. Tras los resultados de las elecciones de marzo del año 2000, en las que el Partido Popular obtuvo mayoría absoluta, Almunia dimitió de su cargo al frente de PSOE y se convocó un nuevo Congreso Federal, en el que resultaría elegido José Luis Rodríguez Zapatero. Pese a que Rubalcaba había apoyado a otro candidato, José Bono, pronto pasó a formar parte del equipo del nuevo Secretario General Socialista.

La campaña de las elecciones de 2000 estuvo marcada por el final de la tregua que la banda terrorista ETA había declarado unilateralmente el 16 de septiembre de 1998, y los asesinatos del portavoz del Partido Socialista de Euskadi, Fernando Buesa y su escolta, apenas tres días antes del comienzo de la campaña. La intensificación de los atentados de ETA, que solo en el 2000 asesinó a 23 personas, propiciaron que los dos principales partidos alcanzaran en diciembre de ese año el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo, conocido también como Pacto Antiterrorista. El acuerdo fue propuesto por José Luis Rodríguez Zapatero, y en su elaboración Alfredo Pérez Rubalcaba desempeñó un papel muy importante. El principio que lo inspiró, esto es, que la unidad de todos los demócratas es esencial en la lucha contra el terrorismo, marcaría su etapa posterior como ministro del Interior.

El principio de unidad de los demócratas contra el terrorismo marcó su etapa como ministro de Interior

El 11 de marzo de 2004, tres días antes de las elecciones generales, una serie de atentados perpetrados en Madrid por terroristas yihadistas ocasionaron 193 muertos. Alfredo Pérez Rubalcaba, como portavoz del PSOE, en una comparecencia ante los medios de comunicación, exigió al gobierno de José María Aznar que aportara información fidedigna sobre los datos que las fuerzas de seguridad del Estado disponían acerca de los autores de la masacre, dado que, contra las evidencias policiales que apuntaban al terrorismo yihadista, el Gobierno mantenía en público la tesis de la autoría de ETA.

Ministro de Interior: el fin de ETA

Tras la victoria del PSOE en las elecciones del 14 de marzo de 2004, Rubalcaba pasó a ser portavoz del Grupo Socialista del Congreso de los Diputados. Dos años después, el 11 de abril de 2006, entraría en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero como ministro de Interior. En los más de cinco años que permaneció al frente de esta cartera, tuvo que hacer frente a crisis como la huelga de transportistas por carretera de 2008, o el accidente del avión de Spanair en Madrid, el 20 de agosto de ese mismo año. Asimismo, en esa etapa, dirigió la estrategia contra el terrorismo de naturaleza islamista, e impulsó un notable incremento de efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Dos ámbitos destacan en la labor de Rubalcaba al frente del Ministerio de Interior: las políticas de seguridad vial y la lucha contra la banda terrorista ETA. En materia de tráfico, medidas como la instauración del carné por puntos, la reforma del Código Penal para endurecer las penas, o el incremento en el número radares, se tradujeron en una gran reducción del número de víctimas anuales por accidentes de carretera, que pasaron de más de 3.200 muertos en 2005 a menos de 1.500 en 2011.

Pero, sin duda, el cese definitivo de la actividad armada de ETA fue uno de los grandes logros de toda la trayectoria política de Alfredo Pérez Rubalcaba. Una de las claves de su política fue la de mantener la presión policial sobre los terroristas, al tiempo de que mandaba un mensaje claro de firmeza democrática al entorno político que legitimaba la violencia; un principio que él mismo resumió así: “o bombas o votos”.

El cese definitivo de la actividad armada de ETA fue uno de los grandes logros de toda la trayectoria política de Alfredo Pérez Rubalcaba

El anuncio del cese de las acciones armadas por parte de ETA se produjo el 20 de octubre de 2011, cuando Rubalcaba ya había salido del Gobierno para encabezar la candidatura socialista en las elecciones de noviembre de ese año. Concluían así, con la victoria de los demócratas, cinco décadas de terror que habían causado miles de víctimas y más de 800 muertos.

Antes de ello, entre octubre de 2010 y julio de 2011, asumió la Vicepresidencia Primera del Gobierno y el puesto de portavoz, manteniendo la cartera de Interior.

De la oposición a la docencia

En las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011, el PSOE obtuvo 110 escaños, y Rubalcaba pasó a ser el líder de la oposición. Poco después, en el 38 Congreso Federal socialista fue elegido Secretario General del partido. Dos ejes vertebraron su labor de oposición en este periodo: el rechazo a las medidas antisociales, especialmente la reforma laboral, emprendidas por el gobierno de Mariano Rajoy, por un lado; y, por otro, la denuncia de los graves casos de corrupción que afectaban al Partido Popular, como el de la trama Gürtel.

Junto a ello, logró alcanzar un consenso interno sobre la necesidad de reformar el Estado autonómico. El acuerdo, suscrito en Granada en julio de 2013 por el Consejo Territorial del PSOE, ofrecía una respuesta al desafío soberanista y proponía una reforma de la Constitución en un sentido federal.

El Acuerdo de Granada ofrecía una respuesta al desafío soberanista y proponía una reforma federal de la Constitución

A raíz de los malos resultados obtenidos por el PSOE en las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014, Rubalcaba anunció su decisión de convocar un congreso extraordinario del partido para que en él se eligiera un nuevo secretario general. Informado sobre la inminente abdicación del rey Juan Carlos I, pospuso dos meses el anuncio formal de su dimisión para no interferir en el proceso de sucesión en la Corona.

Tras su salida de la política, volvió a la docencia al reintegrarse a su plaza de profesor titular de Química Orgánica en la Universidad Complutense de Madrid. Sin embargo, no abandonó completamente la vida pública; formó parte del Consejo Editorial del diario El País, y participó en foros, conferencias y debates.

Por su capilla ardiente pasaron miles de ciudadanos y representantes institucionales y políticos

El 10 de mayo de 2019 falleció en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid como consecuencia de un ictus. Al día siguiente, el Congreso de los Diputados acogió la capilla ardiente por la que pasaron miles de ciudadanos y representantes de instituciones y partidos políticos. En el momento de la despedida, hubo una práctica unanimidad al reconocer que Alfredo Pérez Rubalcaba fue un hombre de Estado y uno de los políticos más importantes de la historia de la democracia española.